A SOLAS CON MARGARITA ROSA...

(EXCLUSIVO REVISTA DINERS)

Entre Margarita Rosa De Francisco y Fanny Mikey existió una profunda admiración. Margarita escuchó siempre a Fanny pedirle que aceptara un papel en una obra de teatro. Fanny ya no está presente, pero uno de los más hermosos homenajes que se le tributará en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá es el monólogo "A solas con Margarita Rosa", la opera prima de la diva caleña en las tablas.

En esta obra la actriz muestra en qué consiste su proceso creativo. A solas con Margarita Rosa enseña al público la intimidad de sus canciones y las victorias y derrotas de su notable trayectoria profesional. Incluye pasajes musicales en los que ella interpreta un repertorio de temas inéditos con el respaldo de la banda que la acompaña. En otros apartes representa fragmentos de su experiencia como actriz, cargados de sorprendentes reflexiones y profundos testimonios con ricas dosis de humor. Es una puesta en escena abundante en experiencias audiovisuales.

La obra se encuadra en la nueva etapa artística de Margarita Rosa. Tiene la madurez de las mujeres cuando atraviesan los cuarenta años, y tal vez por ello su presente artístico le permite mostrarse a la gente de una manera natural, íntima, sin complejos. Hace unos meses abrió la página www.margaritarosa. net que la retrata en todas sus facetas. En ella interactúa con el público, le confiesa deliciosos secretos y lo invita a que la conozcan más de cerca, casi de forma rutinaria. Las fotos son espectaculares.

Este 2010 significa también su regreso al cine. El reciente Festival de Cine de Cartagena abrió con la película L´Homme de Chevet (titulada en español: Cartagena), de Alain Monne, con Margarita Rosa –Lucía, el ama de llaves–, Sophia Marceau y Christophe Lambert. Y en la cinta Del amor y otros demonios encarna el papel de Bernarda, la esposa sin títulos del marqués de Salduero y mamá de Sierva María de Todos los Ángeles.

Las divas son una estirpe que se está acabando en Colombia. El calificativo les corresponde a esas mujeres a las que con una mirada les bastaba para enamorar a una generación entera. Margarita Rosa De francisco pertenece a esa casta. La diferencia consiste en que siempre se reinventa de una manera fresca, perturbadora...